Por Salva Díaz
Suenan
tambores de batalla ante unas inminentes elecciones europeas en las que nos
jugamos mucho, y es que el 25 de mayo podremos elegir por primera vez a quien
queremos que presida la Comisión Europea, poder ejecutivo de la UE. Además,
elegiremos a nuestros representantes ante el Parlamento Europeo, dotado de
nuevas competencias legislativas y de control tras el Tratado de Lisboa.
La gran
abstención es el gran enemigo a combatir, pues es el enemigo natural de la
democracia, es el camino a la anarquía y al caos, un caos que se produciría al
tener unas instituciones carentes de legitimidad ciudadana por no ser elegidas
mediante el voto sino mediante la abstención que daría paso a partidos
euroescépticos y eurofobos.
¿Por qué estas elecciones son más
importantes que nunca?
Porque por
primera vez el Parlamento Europeo resultante tras los próximos comicios del 25
de mayo será una auténtica institución ciudadana que nos representará con una
voz más potente impulsada por nuevas competencias. Porque actuará como poder
regulador y garante democrático teniendo el mismo nivel decisorio que el
Consejo de Ministros, y porque su poder legislativo se verá incrementado con el
aumento de hasta 40 nuevas competencias legislativas.
Pero este notable
y significativo aumento de poder de la Eurocámara trae consigo un aumento de la
responsabilidad ante la ciudadanía europea, ante los parlamentos nacionales y ante
las instituciones comunitarias. Será co-responsable de los presupuestos
comunitarios, tendrá una mayor capacidad de control del gasto, y garantizará,
protegerá y defenderá los derechos fundamentales europeos reflejados en el
Tratado de Lisboa.
La peligrosa abstención y la llegada de
eurófobos
La gran
desafección política que recorre Europa, la desconfianza ante el proyecto de la
UE y la interminable crisis económica y democrática en la que estamos envueltos
desde 2008, forman el escenario perfecto en el que poder representar una
previsible y peligrosa abstención.
Partidos como
el AfD, UNIK o Amanecer Dorado, son partidos euroescépticos y eurófobos que,
sin creer en el proyecto europeo, pretenden concurrir en estas cruciales
elecciones europeas para desmantelar la unión mientras viven de ella. Su única
misión es rechazar todas las propuestas que nazcan en el seno del
Europarlamento para frenar así cualquier avance social y político.
En un momento
de parálisis casi inconsciente de la UE, estamos viendo como es imposible
resolver una crisis solamente con austeridad. Casi 6 años de crisis lo atestiguan.
Y con un Parlamento Europeo repleto de eurófobos, seguiremos igual de
paralizados, incapaces de reaccionar.
Necesitamos
fomentar actuaciones que reactiven la economía y creen puestos de trabajo, y
eso no se puede hacer sólo recortando el gasto. Hay que invertir, hay que
innovar, hay que avanzar con políticas sociales, sostenibles y alternativas. O
cambiamos el rumbo del barco o nos hundimos todos juntos. Pero antes de que
lleguemos a chocar contra el iceberg, yo propongo cambiar de capitán. Yo propongo
a Martin Schulz.
#KnockTheVote
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